| “Se trata de un duro golpe al terrorismo”, dijo el presidente Ollanta Humala (foto) quien informó que, durante un enfrentamiento con el Ejército en el sur del país, murieron los históricos “camarada Alipio” y “camarada Gabriel”.
Los líderes militares de la facción de Sendero Luminoso operaban en la región de mayor densidad de cocales del mundo -el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM)-, en el centro sur de Perú.
“Fuentes de inteligencia que han participado en esta acción nos confirman que los delincuentes terroristas muertos serían el número 1 y el número 2 de la estructura militar de Sendero Luminoso”, dijo el mandatario a la radio local RPP.
“Son el terrorista Alejandro Borda Casafranca, que es el terrorista Alipio, y Marco Antonio Quispe Palomino, que sería Gabriel”, detalló.
En el enfrentamiento habría sido abatido otro rebelde que era la mano derecha de “Alipio”, agregó Humala.
Sin embargo, el mandatario precisó que están a la espera de los exámenes forenses de los tres rebeldes abatidos para confirmar sus identidades.
El choque entre los rebeldes y los efectivos de las fuerzas de seguridad ocurrió la noche del domingo durante una operación militar y policial en el departamento de Ayacucho, unos 575 kilómetros al este de Lima, habían informado previamente las Fuerzas Armadas.
Este sería el golpe más fuerte contra los remanentes de Sendero Luminoso desde que las Fuerzas Armadas capturaron en el 2012 en la zona del Alto Huallaga, al noreste de Lima, al “camarada Artemio”.
El grupo guerrillero estaba dividido en dos facciones. Artemio, condenado a prisión perpetua, lideraba la facción del Alto Huallaga, de la línea maoísta, mientras que el líder de la otra ala, que ya no mantiene esa ideología y es prácticamente una aliada de los narcotraficantes que operan en el VRAEM, es Víctor Quispe Palomino, alias “José”.
Los remanentes de Sendero Luminoso se involucraron en el tráfico de cocaína después de que los fundadores del movimiento maoísta fueron capturados durante una sangrienta guerra contra el Estado en las décadas de 1980 y 1990, en la que según cifras oficiales murieron unas 69.000 personas.
Si bien no representan una potencial amenaza para el Estado peruano, los remanentes rebeldes de la zona del VRAEM realizarían ataques como represalia tras el abatimiento de quien sería “Alipio”, dijo a Reuters una fuente de inteligencia.
“Gabriel” lideró el secuestró en abril del año pasado de más de 30 trabajadores de empresas contratistas que operan el sistema de transporte de gas del yacimiento andino Camisea, lo que movilizó a más de 1.500 policías y militares en la sureña región del Cusco. | | |
|